VERANO EN ASIA // PARTE 1: SINGAPUR

Después de 13 horas de vuelo, llegamos a Singapur.

Les hago una mini introducción sobre el país (yo lo único que conocía era el nombre).

Singapur significa "la ciudad del león". En 1824 los ingleses obtuvieron la soberanía sobre la isla. En la Segunda Guerra mundial fue ocupada por los japoneses. En 1963 declaró su independencia de Inglaterra como parte de Malasia y finalmente se separó de esta, dos años después.

Todo esto hace que en Singapur convivan varias nacionalidades, razas y religiones simultáneamente y en paz. El idioma oficial es el inglés, pero también se habla hindi, malayo, chino, y muchas más.

Las leyes son estrictas, la delincuencia prácticamente no existe. La posesión de drogas, la corrupción, y otros delitos están penados con la muerte.

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Cuando uno llega a Singapur lo primero que ve es, lógicamente, el aeropuerto, y les puedo decir que es uno de los más increíbles del mundo. Todo es alfombrado, con la temperatura perfecta, tiene olor a perfume! Esto me sorprendió, cómo se hace para perfumar semejante monstruo?? Es todo tan limpio, que literalmente se puede comer en el piso.

Después de maravillarme con el aeropuerto y pasar por migraciones, nos tomamos un tren y partimos hacia la city. El tren sigue las mismas líneas de limpieza y orden.

Cuando salimos del tren, subimos a la calle y nos golpeó la terrible humedad, aplastante. Esa humedad que en dos segundos, te chupa la energía.

Caminamos unas cuadras hacia el hostel, el mismo en el que se hospedó Fede el año anterior. En Singapur el alojamiento es caro, nivel precios europeos, por eso nos quedamos en un hostel: habitación mixta de 8 personas.

Cuando llegamos al hostel, me senté en una silla y me dormí al instante, entre el calor y el jet lag no daba más. Fede se encargó de todo el check - in y recién a los 30 minutos nos dejaron entrar al cuarto. Por ese lado, nada nuevo, el típico cuarto de hostel con 4 cuchetas, eso si, el aire acondicionado al máximo. No lo pudimos evitar y caímos rendidos. Después de una siesta reparadora y un baño refrescante, salimos a recorrer.

El primer punto fue el "Merlion" un león grande de piedra blanca que es el símbolo de la ciudad. El león es el típico lugar para sacarse LA foto, por ende se podrán imaginar la cantidad de turistas...

Mientras estábamos en esta zona vimos fuegos artificiales, shows de paracaidistas y de maniobras de aviones de guerra en el cielo, después nos enteramos que eran los festejos de la independencia, que se celebra el 9 de agosto.

Merlion

Después de hacer las obligadas fotos, seguimos camino a Gardens By The Bay. Este es un parque de más de 100 hectáreas, que se caracteriza por tener unos árboles artificiales rodeados de plantas que cuelgan. Además de noche se ilumina y hay show de música.

Gardens By the Bay

Estos jardines los hicieron como parte de hacer de Singapur "una ciudad en un jardín" y de aumentar la sustentabilidad, de hecho, cuando vas por la calle ves árboles por todos lados  y la mayoría de los edificios tienen plantas o jardines verticales.

La verdad que es todo un espectáculo, por que te sentís mínimo al lado  de semejantes inmensidades, el show de luces y música es super armónico, la gente (me incluyo) se queda embobada mirándolo.

Al lado del parque se encuentra el Marina Bay Sands, es un hotel de tres torres que se unen por una terraza en el último, piso donde hay una pileta fabulosa con vista a toda la ciudad.

Marina Bay Sands

El hotel, en el piso de abajo es un shopping con tiendas y restaurantes para el bolsillo VIP, nosotros nos conformamos con el 7 Eleven (un minimercado, que es una cadena que vende de todo). Nos compramos unos arroces con especias y nos fuimos a sentar a las escalinatas del shopping a ver unas aguas danzantes (muy al estilo Buen Pastor). Nota: Deben haber sido las 10 de la noche y la humedad y el calor seguían siendo aplastantes.

Después de nuestra comida, entramos al hotel, para ver si podíamos subir a la terraza donde hay un bar, pensamos que no nos dejarían por que estábamos con zapatillas, pero la chica de recepción se nos acercó y sola nos ofreció entrar, salteando a todos los que estaban en la fila (acá es donde empieza mi teoría de que a Fede lo ven exótico por su pelada). Muy contentos subimos al bar y pagamos el mojito más caro de la historia, que tampoco era gran cosa, pero la vista de la ciudad es increíble y vale la pena.

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Al otro día ya más descansados, arrancamos a las 16hs (jet lag amigo), y nos fuimos al centro financiero Raffles Place, una zona llena de rascacielos donde están todos los bancos, consultoras y empresas más importantes del mundo. Singapur es el centro financiero de Asia.

Raffles Place - Centro financiero

De ahí nos fuimos caminando a Chinatown, (otra de mis teorías es que en en todas las ciudades del mundo hay un Chinatown). Es una zona donde todo empieza a estar en chino, los carteles de las calles, de los comercios, de las casa, todo. Una de las cosas más interesantes es que tiene una calle donde hay un templo budista, una mezquita y un templo hindú, son las 3 religiones mayoritarias que conviven en Singapur, y lo hacen sin problemas.

En el templo Hindú estaban de celebración, nos sacamos los zapatos y entramos. Todos con su vestimenta tradicional, entonan cánticos y rezan, sin mosquearse por la presencia de los turistas. Hay hindúes grandes con trajes tradicionales a los que les llevan una silla para sentarse y jóvenes que mientras se enfundan en telas de colores consultan Facebook. Y al medio los turistas, es todo extraño pero en el mejor de los sentidos.

Templo Hindú

Mujer en el templo Hindú

Mientras mirábamos se nos acercó un hombre y, con una sonrisa,  nos ofreció una bebida blanca salada y caliente, en un vaso de plástico: leche de arroz. La tomaban entre ellos y nos convidó a nosotros! Esas cosas me parecen increíbles, como tan humanizadoras, un hindú en su "casa de dios", invita a dos extraños, y sin preguntarles de dónde son o en qué creen, los invita, así sin más. Es algo tan simple, pero a la vez tan poco común, que te deja pensando.

Terminamos comiendo en el centro de Chinatown, en una especie de patio de comidas al aire libre, donde hay cientos de lugares para elegir, desde puestos de platos gigantes a 1€, que no pasarían ninguna inspección a restaurantes bien puestos. Elegimos uno normal y comimos noodles (fideos) con carne y de postre yogur helado.

Y ya volvimos al hostel, al día siguiente viajamos a Bali....

C.